La Diosa y el Dios de la Wicca.
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La Diosa y el Dios de la Wicca.
LA DIOSA Y EL DIOS DE LA WICCA
El concepto de Dios y Diosa se basa en las dos polaridades que coexisten y mantienen el Universo. Las energías activas luminosas, diurnas, del Universo corresponden al aspecto masculino del Dios; las energías pasivas, magnéticas, oscuras nocturnas, corresponden a los aspectos femeninos de la Diosa. Ambas funcionan como los dos polos opuestos de una batería; pero no hay que olvidar que dentro de la actividad existe un punto inactivo que da paso a la muerte y que en las fuerzas magnéticas hay un punto eléctrico que da paso a la vida. Los aspectos de la Diosa pueden dividirse en cuatro rostros, cada uno corresponde a uno de los rostros de la Luna. El Cuarto Creciente corresponde al aspecto de la Virgen. La Diosa Virgen corresponde a la mujer que es una consigo misma, libre, que no depende de nada ni nadie. Ella es la Cazadora, Señora del equilibrio ecológico y de los animales salvajes, es la Gran Pantera, quien ayuda a dar a luz a todas las cosas.
La Luna Llena corresponde a la Diosa Madre. Es la Señora de la fertilidad, la abundancia, la plenitud. Ella lleva a cabo toda materialización. Es la protectora del amor y de los amantes.
El Cuarto Menguante corresponde a la Diosa Anciana. Ella es la Gran Iniciadora, Señora de las Artes Mágicas, la sabiduría, la videncia, el conocimiento interior, la muerte y el renacimiento.
La Luna Nueva u Oscura corresponde a los aspectos de “Diosa Blanca”. Ella es el caos destructor de donde resurge un nuevo orden. Señora de la Guerra y la Muerte Total; también rige sobre los ritos de magia sexual.
Los aspectos del Dios tradicionalmente se dividen en dos, claramente diferenciados; pero el segundo aspecto tiene dos rostros. El Dios Sol, consorte, hermano e hijo de la Diosa, Señor del Cielo, la luz y el orden, mantenedor de vida, Él es quien hace crecer las semillas fecundadas en la oscuridad. En el segundo aspecto, el Dios se manifiesta como Gran Cazador, Señor de la Tierra, de la materia, los animales y los instintos; amante de la Diosa y fecundador de la Gran Madre. Como Señor de la Naturaleza se representa como un Dios Astado, coronado con astas de ciervo, gamo o toro. Por ello se ha confundido siempre con la imagen del “Diablo”.
Es también el Gran Cazador de Almas, Señor y Regente del Submundo. En este rostro oscuro representa la muerte, el subconsciente más profundo, el invierno, la oscuridad. Él es quien desde el Submundo prepara el renacimiento a la luz. Cada Coven nombra los distintos aspectos de los Dioses con diferentes nombres dependiendo de la tradición que se trabaje. En reuniones de distintos covens, se nombra a los Dioses como “El Señor y la Señora”.
El concepto de Dios y Diosa se basa en las dos polaridades que coexisten y mantienen el Universo. Las energías activas luminosas, diurnas, del Universo corresponden al aspecto masculino del Dios; las energías pasivas, magnéticas, oscuras nocturnas, corresponden a los aspectos femeninos de la Diosa. Ambas funcionan como los dos polos opuestos de una batería; pero no hay que olvidar que dentro de la actividad existe un punto inactivo que da paso a la muerte y que en las fuerzas magnéticas hay un punto eléctrico que da paso a la vida. Los aspectos de la Diosa pueden dividirse en cuatro rostros, cada uno corresponde a uno de los rostros de la Luna. El Cuarto Creciente corresponde al aspecto de la Virgen. La Diosa Virgen corresponde a la mujer que es una consigo misma, libre, que no depende de nada ni nadie. Ella es la Cazadora, Señora del equilibrio ecológico y de los animales salvajes, es la Gran Pantera, quien ayuda a dar a luz a todas las cosas.
La Luna Llena corresponde a la Diosa Madre. Es la Señora de la fertilidad, la abundancia, la plenitud. Ella lleva a cabo toda materialización. Es la protectora del amor y de los amantes.
El Cuarto Menguante corresponde a la Diosa Anciana. Ella es la Gran Iniciadora, Señora de las Artes Mágicas, la sabiduría, la videncia, el conocimiento interior, la muerte y el renacimiento.
La Luna Nueva u Oscura corresponde a los aspectos de “Diosa Blanca”. Ella es el caos destructor de donde resurge un nuevo orden. Señora de la Guerra y la Muerte Total; también rige sobre los ritos de magia sexual.
Los aspectos del Dios tradicionalmente se dividen en dos, claramente diferenciados; pero el segundo aspecto tiene dos rostros. El Dios Sol, consorte, hermano e hijo de la Diosa, Señor del Cielo, la luz y el orden, mantenedor de vida, Él es quien hace crecer las semillas fecundadas en la oscuridad. En el segundo aspecto, el Dios se manifiesta como Gran Cazador, Señor de la Tierra, de la materia, los animales y los instintos; amante de la Diosa y fecundador de la Gran Madre. Como Señor de la Naturaleza se representa como un Dios Astado, coronado con astas de ciervo, gamo o toro. Por ello se ha confundido siempre con la imagen del “Diablo”.
Es también el Gran Cazador de Almas, Señor y Regente del Submundo. En este rostro oscuro representa la muerte, el subconsciente más profundo, el invierno, la oscuridad. Él es quien desde el Submundo prepara el renacimiento a la luz. Cada Coven nombra los distintos aspectos de los Dioses con diferentes nombres dependiendo de la tradición que se trabaje. En reuniones de distintos covens, se nombra a los Dioses como “El Señor y la Señora”.
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